Gambeteando al patriarcado

Después de mucho tiempo soportando injusticias, desigualdades, discriminación y estereotipos a la hora de hablar de mujeres jugando al fútbol, ellas mismas fueron las encargadas de ponerle un freno y gritar basta.

Para comenzar a hablar de esta larga lucha, debemos mencionar las diferencias entre el fútbol femenino y masculino. Una de las más grandes es la cobertura mediática. Al fútbol masculino uno puede acceder fácil y frecuentemente, y no solo eso, sino que estamos constantemente recibiendo noticias acerca de este. Mientras que, cuando hablamos del fútbol femenino -aunque actualmente está teniendo un poco más de visibilidad en torneos de gran importancia-, es muy difícil encontrar transmisiones de partidos o noticias que le hagan referencia.

Junto a esto podemos hablar de que en muchas partes del mundo el fútbol jugado de esta manera no es rentable, y eso ayuda a que siga atravesando la clara desventaja económica que este deporte afronta, desde los sueldos de las jugadoras (en los casos en los que los equipos pueden permitirse pagar uno, a veces, simplemente los traslados a los entrenamientos y partidos, en otras ocasiones ni eso) hasta el tipo de cancha en el que desarrollan la actividad.

Al hablar de desigualdad, también podemos hacer referencia a, por ejemplo, cómo la selección femenina de Estados Unidos, habiendo ganado un mundial, se llevaron un premio cuatro veces menor al que recibió la selección masculina por únicamente participar del mundial de Brasil de 2014, mientras que el campeón de este mundial se llevó un aproximado de 40 veces lo que se llevaron las campeonas del mundial femenino. Realmente, ¿a esto se le llama igualdad?

Como este hay muchos casos en donde el fútbol es afectado, se ha dicho que es un deporte para hombres, que “el deporte masculiniza a las mujeres”, “el deporte perjudica la salud de las mujeres”, “las mujeres no tienen capacidad para el deporte” o “las mujeres no están interesadas en competir”, y así muchas cosas más, llegándolo a considerar más cosa de hombres que de mujeres, cuando la realidad es que para una gran cantidad de personas, las diferencias con el fútbol masculino son mínimas y la técnica es sólo una cuestión de entrenamiento. 

Y si ese no fuera el caso, es como dice Paula Ojeda: "Tal vez no jugamos igual que los varones porque eso es caer en una trampa que el patriarcado te tiende. Esto es jugar al fútbol como lo hacemos nosotras. Algunas sí jugamos mejor que muchos varones, que son más ‘pataduras’. No es verdad que toda mujer juega mal porque es mujer."

Abrirse paso en un mundo tradicionalmente asociado a lo masculino no es fácil, son muchos los casos en los que el fútbol femenino debe enfrentarse al mundo machista en el que se vive, un ejemplo puede ser el de las declaraciones del presidente del club de Rumania, Steaua de Bucarest, Gigi Becali, en las que aseguraba que el fútbol femenino es "contra natura" y "una idea de Satán". Quien dijo además, cosas como: "¡Si me obligan a tener un equipo femenino, me retiro del fútbol! ¿Cómo es eso de hacer algo en contra de la voluntad de Dios? Esto va en línea con las ideas de Satán. Las chicas que jueguen al balonmano o al baloncesto, que son deportes bonitos".

O el caso en el que se le preguntó a la primera futbolista ganadora de un balón de oro si “sabía hacer twerking”.

Y estos son solo algunos ejemplos de las diferentes situaciones que transita la lucha del fútbol femenino. Una parte de la sociedad sigue intentando justificar que el fútbol es solo un privilegio de los hombres, pero millones de mujeres de todo el mundo alzaron su voz para cambiar esta situación y demostrar que correr detrás de la pelota no es cuestión de género, sino de pasión.

En 2018, de acuerdo con números oficiales de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), 30 millones de mujeres en el mundo jugaron regularmente este deporte. Esta fue una de las razones por la cual se ha preocupado en incluir el fútbol femenino dentro de todas las actividades que debería realizar.

En el caso puntual de Argentina, la historia del fútbol femenino marcó sus primeros pasos junto a Macarena Sánchez, una mujer que se convirtió en un ícono histórico, ya que, con 20 años de edad, se mudó a Buenos Aires a perseguir sus sueños de jugar al fútbol en UAI Urquiza mientras estudiaba trabajo social. 7 años después, antes de comenzar la pretemporada 2019, Macarena se entera mediante una llamada telefónica del club que prescindían de sus servicios y,  al no tener contrato profesional, lo único que recibía eran unos viáticos en concepto de remuneración. 

Pero no solo la dejaron sin club sino que además no se le permitió formar parte de otro equipo, y tanto ella como muchas otras chicas, por no contar con un fútbol profesionalizado no tenían derecho a reclamar y la justicia les negaba los vínculos laborales. “Ninguna tiene contrato y ninguna es reconocida como trabajadora. Te echan en cualquier momento sin indemnización y sin nada", explicó Sánchez.

Por estas razones, decidió hacerse cargo de un asunto que involucra muchas mujeres deportistas del país, siendo la primera mujer que llevo la situación a la Justicia. Decidió luchar por la igualdad entre los hombres y las mujeres en el ámbito del fútbol profesional; y el 18 de enero del 2019 demandó a su club y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para que la reconozcan como “trabajadora”. El objetivo de esta demanda era que el fútbol femenino sea profesional y que las mujeres tengan condiciones dignas, básicas y elementales para poder vivir de lo que hacen, de jugar a la pelota.

  

Después de esto, Maca reveló que siempre vivió exclusión y discriminación, también dijo: "La profesionalización del fútbol es un deseo de todas, pero si todas contamos la realidad de lo que nos hacen los clubes y la AFA corremos el riesgo de perder nuestros puestos en los equipos o la Selección. Entiendo el silencio, el machismo nos atraviesa a todas". 


Y además agregó: "Siento que si no lo hacemos ahora no va a surgir del lado de los dirigentes, lamentablemente”. Sobre la posibilidad de profesionalizar el fútbol femenino dijo: “las chicas que ahora tienen 5 o 6 años, como tenía yo cuando empecé, en un futuro lo van a poder disfrutar y van a poder evitarse todo lo que pasamos nosotras".

El reclamo por un fútbol femenino profesional se extendió por todos los sectores, se vio en muchas canchas, en carteles y banderas, la lucha y la perseverancia de este derecho hizo que hoy, el sueño de muchas futbolistas sea una realidad.

El sábado 16 de marzo de 2019 fue el día histórico, 90 años después de que se profesionalizará el fútbol masculino, la Asociación del Fútbol Argentino anunció la creación de la Liga Profesional de Fútbol Femenino; completando parte de una lucha que comenzó de la mano de las mujeres en las canchas, en las calles y en las redes sociales.

La difícil realidad que vivía el fútbol femenino amateur hasta hace poco menos de un año, en donde las chicas luchaban por el apoyo de sus clubes, por su financiación, por conseguir sponsors y una mayor difusión en los medios, hoy es otra. De a poco los clubes comienzan a dedicarle más al futbol femenino, y, aunque todavía no sean todos, el cambio de este largo proceso, de esta gran lucha por poder darle la oportunidad a las niñas, de ver el fútbol como un proyecto de vida, comienza a sentirse. El 21 de agosto se proclamó como Día de las Futbolistas. Los clubes como Estudiantes, Rosario Central, Banfield, Vélez y Gimnasia ya tienen un área destinada a género, incluso Gimnasia y Esgrima de La Plata les dio la oportunidad a sus jugadoras de presentar la camiseta oficial del club, algo que hasta el momento no había ocurrido.

Equipo de fútbol femenino de Gimnasia y Esgrima La Plata celebrando un gol en el estadio Juan Carmelo Zerillo

El caso de Gimnasia es muy especial, fue uno de los primeros clubes en abrirse en cuanto al género. El significativo primer paso histórico en la historia del club, fue el 6 de agosto del 2018, cuando se informó que el fútbol femenino empezaría a competir en los torneos de la AFA. Desde ese momento comenzaron las pruebas de jugadoras y varias charlas sobre el lanzamiento del fútbol femenino desde la perspectiva del género.

Su primer debut en la primera B nacional fue el 23 de septiembre, con una goleada hacia Argentino de Quilmes (4-1), desde ese momento, las chicas del club comenzaron a mostrar todo lo que tenían para dar y así llegaron invictas a la décimo tercera fecha del campeonato, con partidos de hasta 18 goles realizados, y fueron punteras todo el campeonato. Desde la segunda fecha las chicas aspiraban alto, “mi sueño es ascender y salir campeonas de la primera A” decía Milagros Oliver en una entrevista realizada por gente del club.

Milagros Oliver dando una entrevista sobre su presente en Gimnasia

El 21 de enero del 2019 convocaron por primera vez a una de las reconocidas jugadoras del lobo, Mili Díaz, para jugar en la selección, un gran orgullo para el club y su gente. 

Otro paso histórico fue gue el 23 de marzo, por primera vez en la historia del fútbol femenino en Gimnasia las chicas disputaron un partido en el bosque (estadio Juan Carmelo Zerillo) presentando la indumentaria que se utilizaría a partir de ese momento. Jugar en el bosque con el apoyo de su gente, era un sueño hecho realidad para las integrantes del equipo, que se expresaron así:  “estamos felices de jugar en el bosque”. Y cuando llegó el día, lo aprovecharon con un inolvidable debut en el bosque contra Banfield, en el que las chicas hicieron historia con un triunfo de 2-0.

Tanto los profesionales como las jugadoras estaban contentas con el presente de Gimnasia e ilusionadas por lo que se venía, las triperas habían llegado con solo dos bajas y un puntaje ideal, cuando llegó el partido en la cancha de Banfield, pudieron finalmente que se las consagrarse campeonas y de primera división. Para terminar de festejar jugaron su último partido, una vez más con su gente en el estadio de Juan Carmelo Zerillo, donde obtuvieron una victoria de 8-0.

Después de festejar llenas de alegría, de ver cómo el fútbol en Gimnasia iba creciendo, y de mirar para atrás y reconocer todo lo que lograron, las futbolistas fueron reconocidas por el concejo deliberante y homenajeadas por concejales de la ciudad por el gran esfuerzo que demostraron en la cancha.

El 23 de agosto el club de gimnasia firmó 9 contratos profesionales y nuevamente volvió a presentar la indumentaria a usar. El 23 de agosto Gimnasia hizo realidad el sueño de esas nueve chicas que lucharon por conseguir ese puesto y vivir de eso, el 23 de agosto, Gimnasia demostró ser un club inclusivo, al que el queda mucho por hacer, pero que seguramente lo hará a su debido tiempo.

Hoy, a un año de comenzar con el fútbol femenino, las triperas consiguieron todo lo que se podía conseguir y buscan seguir haciéndolo en la primera división. Hoy se puede decir que ellas son un orgullo que además es parte de la historia del club, y un orgullo para todo hincha de Gimnasia.

Equipo de fútbol femenino del club Gimnasia y Esgrima La Plata celebrando su primer torneo y campeonato.

En conclusión, no queda más que agradecerles a todas las mujeres que lucharon para que el fútbol femenino sea lo que hoy es, que rompieron los estereotipos y lucharon por la igualdad del fútbol, que le hicieron ver al mundo las desigualdades que hay entre hombres y mujeres, y que nos enseñaron que a pesar de todo lo que escuchemos, siempre debemos tener presentes y hacer hincapié en que los roles de géneros no son naturales, sino que son construidos socialmente.

Por Camila Landucci